1-.                   CUENTO

Juancho el Navegante

(Inicio) Érase una vez un joven llamado Juancho, que tenía un pequeño barco con el cual hacia viajes trasladando víveres.
(Nudo) En una oportunidad le tocó navegar hacia una isla, pero el trayecto fue muy difícil porque hubo tormentas y posibilidades de hundimiento.
Al llegar conoció a una tortuga gigante llamada Silvina, quien le ayudó a calmar su tensión por el viaje y le hizo entender que en la vida siempre tiene peligros, retos pero también de momentos gratos y agradecimiento.
Juancho escuchó atentamente, agradeció a Silvina y se marchó. Esas palabras animaron a Juancho a acomodar el barco y cargar víveres, durante 5 días, organizando su regreso a tierra firme.
(Desenlace) Al arribar, Juancho comenzó a compartir más con sus seres queridos y aprendió a trabajar para vivir.
La imaginación y las ganas de escribir son los elementos claves para poder desarrollar los cuentos cortos dirigidos a los niños y jóvenes.
Es una manera de acercar de manera lúdica a estos grupos por edad con sus mayores, por medio de la redacción estructurada y la lectura de este tipo de relatos.

Narrador : omnisciente 
Personajes : Juancho
Secundarios : silviana Tortuga

Espacio: Isla , tierra firme no especifica lugar

Tiempo: pasado

             CRÓNICA

-  El primer día de nuestro viaje de vacaciones
El micro partió a las 17 horas del día 20 de febrero de este año. Los próximos 10 días los pasaríamos en la cordillera, en la ciudad de Bariloche, provincia de Neuquén, Argentina.
Al llegar a las 12 horas del día 21 de febrero, nos dispusimos a tomar la habitación. Luego de una cálida ducha fuimos al centro comercial para almorzar.
Finalmente encontramos un restaurante que nos gustó a todos. Allí comimos y cerca de las 14 horas regresamos al hotel para emprender la primera salida de nuestras vacaciones: la visita al cerro Otto.
Allí llegamos a las 15 horas y, luego del ascenso, visitamos el museo y la confitería giratoria. Por supuesto no pudimos evitar tomar un café en la confitería y observar el magnífico Cerro Tronador (siempre nevado, siempre espléndido de admirar) a lo lejos.
Más tarde visitamos el bosque que se encuentra de lado sobre el mismo cerro Otto.
Logramos sacar muchas fotografías y, siendo las 19 horas decidimos emprender el regreso.
Luego, en el hotel, cambiamos nuestra ropa y partimos para visitar el centro comercial, realizar algunas compras y cenar mariscos.
Ya cerca de las 23 horas regresamos al hotel, cansados y con deseos de dormir para al día siguiente comenzar otra aventura en familia.


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